La voz extraña/ The strange voice

La voz extraña

Una cosa que amaba, era mi silencio, la paz qué había en mi hogar, todo dispuesto a mi santo gusto, no es que fuese un amargado, claro que no, solo que disfrutaba de mi merecida paz mental.

Sin embargo, está, un día se vio opacada, quizás eran cosas de la edad, ¿pero por qué digo esto? Fácil, porque todo ocurrió el día mi cuadragésimo sexto cumpleaños, así es, soy un hombre de cuarenta y seis años, soltero, sin hijos, sin mascotas, soy solo yo y mi añorada paz silenciosa.

A pesar de amar ese estado de calma, no significa que no tenga amigos o que mi familia me ame. El día viernes, festeje mi cumpleaños en casa, vinieron amigos y amigas, también mis padres y hermanos, recibí bastantes regalos y una que otra palabra de queja por parte de mis padres.

Estas eran las típicas: “¿Cuándo te casarás? ¿Cuándo tendrás hijos? ¡Se te va pasar el tren si no te apuras!” Esas eran las frases más recurrentes por parte de mis padres, pero aquellas ideas de ellos no estaban en mis planes.

Esa noche, cenamos y fueron más risas que otras cosas, recibí bastantes obsequios, corbatas, perfumes, discos de vinilo, y es que soy un coleccionista de estos. Luego cantaron para mí la célebre canción y apagué las velas en medio de los aplausos y sus parabienes.

Había bastantes obsequios y algunos quedaron en sus envoltorios, los abriría después en calma. Sin embargo, todo cambiaría y aquel suceso ocurrió la misma noche.

Una vez, todos los invitados se habían marchado, traté de acomodar todo, quería adelantar trabajo para el día siguiente y que estuviera algo limpio.
Bebí una copa de vino y comí otra rebanada de pastel, estaba delicioso.

Dejé allí los regalos aún sin abrir, acomodé los que sí había abierto y me fui a mi cama. Allí estaba, acostado mirando videos graciosos en mi celular, de pronto en medio del silencio de mi morada, escuché mi nombre en el viento.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

Me incorporé de inmediato, me quité el auricular, salí de mi habitación y aquel sonido venía una y otra vez.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

¿Sería mi edad lo que me hacía escuchar lo que no había? O quizás había bebido tanto que estaba borracho.
Me acomode en mi cama, puse la almohada sobre mi cabeza y busqué dormir y dejar de escuchar ese sonido.

Al día siguiente me dolía la cabeza a más no poder, me quedé largo rato pensando que habría sido lo de la noche anterior, agradecí que era sábado y no debía trabajar.
Empecé a acomodar las cosas, sacar basura, lavar platos y copas.

A eso de las tres terminé con todo, me senté a comer una sopa instantánea y no es que sea flojo, sino que no tenía mucha hambre.
Iba justo a llevar la cuchara a mi boca, cuando de nuevo lo escuche. El sonido era fuerte y claro, parecía que aquella cosa susurraba mi nombre a mis espaldas.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

Un sudor frío recorrió mi cuerpo, la espada se me puso helada, los vellos de mis brazos se erizaron, mire a todos lados y no había nada ni nadie, solo yo y mi sopa en la mesa.

Me largue a reír de forma nerviosa y ansiosa, pero mi risa se extinguió, nuevamente aquel sonido aparecía.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

No me las di de valiente, deje la sopa, corrí a la entrada de mi casa y salí corriendo. Llegué a la capilla de San Isidoro, allí estaba el párroco, mi cara reflejaba qué algo me había pasado y me invitó a pasar.

Medio desconfiado, le conté todo lo ocurrido, para mi sorpresa y fortuna el párroco me creyó y hasta se emocionó.
Me pidió que lo esperara unos minutos, entró por una puerta a una habitación pequeña, a los minutos apareció, traía consigo una maleta pequeña, se había puesto su túnica y quien sabe como se llama todo aquello que usan en su vestir.

Me dijo que fuéramos a mi hogar, que él estaba preparado para realizar un “exorcismo”. No tenía nada que perder, así que fuimos a mi casa.

Al llegar abrí la puerta, el párroco entró lento, según decía, el ambiente estaba muy cargado, me decía en voz baja qué un ente demoníaco habitaba mi casa, qué de seguro buscaba alimentarse de mi alma. En cada cosa que el párroco decía, me temblaba el cuerpo.

Abrió su maleta, sacó un crucifijo, una biblia, una esfera qué lanzaba humo, esa me la dio a mi, me decía que debía ir moviendola tras de él, también sacó una botella de agua bendita.

En un lenguaje, qué supongo era latín, comenzó a rezar por mi alma, no entendía mucho, me sentía tonto y crédulo al mismo tiempo, de pronto el sonido apareció, esta vez era más débil que anteriorimente.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

-”¡Alto, demonio, en el nombre del padre te ordeno te alejes de esta alma inocente!”- dijo el párroco con la voz asustada.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

Se escuchó, esta vez más fuerte y ronco, el párroco tomó su maleta, me arrebató la cosa que lanzaba humo y salió corriendo como si lo llamara su madre.

Quede ahí, asustado, confuso, ya eran casi las ocho de la tarde, hacía frío y para rematar el panorama se desató una lluvia que parecía tormenta divina.
Cerré la puerta y me mentalicé en que todo era una cosa creada por la edad.

Al parecer funcionó, aquella voz extraña se calló, no se escuchó en lo que resto de la tarde-noche, sin embargo en la madrugada, a eso de las tres, aquella voz resonó en medio de un trueno.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

Ocho veces había dicho mi nombre, esto era algo raro, sobrenatural, ¿era mi última noche? De repente el sonido de mi celular me volvió a la realidad.

-”Hola Juan, ¿cómo estás? Oye, se me olvido decirte algo, el regalo que te lleve el viernes por tu cumpleaños es un loro, se llama Calisto, en una bolsista de color azul y dorado esta su comida, de seguro tiene hambre. Por cierto, el loro sabe hablar y memorizo tu nombre”- decía Catalina, la hermana de Juan al otro lado de la línea.

Envalentonado, Juan, se levantó de su cama, salió de su habitación con miedo y rabia, allí estaban los regalos que aún no había abierto, desprendió el papel del regalo más grande, y allí estaba, el loro Calisto, muerto de hambre.

Cuando lo vio, el loro, dijo esta vez más fuerte.
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Calisto tiene haaaaaaaaaaaambre”-

Se tumbó en el piso riendo nervioso, encontró el paquete de la comida y se la dio al loro, el ave la vio y la devoró muy rápido, una vez acabó de comer, el loro Calisto dijo.
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Graaaaaacias por la cooooomiiiiida”-

Aquella noche, entendió el misterio, se río enrabiado por lo que le había pasado, pero al recordar al párroco asustado se le fue el enojo que por el mentado loro Calisto qué tanto lo había asustado.

English

The strange voice

One thing I loved, was my silence, the peace I had in my home, everything arranged to my holy liking, not that I was bitter, of course not, I just enjoyed my deserved peace of mind.

However, one day my peace of mind was overshadowed, maybe it was just an age thing, but why do I say this? Easy, because it all happened on my forty-sixth birthday, that's right, I am a forty-six year old man, single, no children, no pets, it's just me and my longed for silent peace.

Even though I love that state of calm, it doesn't mean I don't have friends or that my family loves me. On Friday, I celebrated my birthday at home, friends came, my parents and siblings came, I received many gifts and a few words of complaint from my parents.

These were the typical ones: "When will you get married? When will you have children? You will miss the train if you don't hurry up!" Those were the most recurrent phrases from my parents, but those ideas of theirs were not in my plans.

That night, we had dinner and it was more laughter than anything else, I received quite a few gifts, ties, perfumes, vinyl records, and I am a collector of these. Then they sang the famous song for me and I blew out the candles amidst the applause and their congratulations.

There were quite a few gifts and some were left in their wrappings, I would open them later in peace. However, everything would change and that event happened the same night.

Once all the guests had left, I tried to arrange everything, I wanted to get some work done for the next day and I wanted it to be somewhat clean.
I drank a glass of wine and ate another slice of cake, it was delicious.

I left the unopened presents there, arranged the ones I had opened and went to my bed. There I was, lying there watching funny videos on my cell phone, suddenly in the middle of the silence of my abode, I heard my name in the wind.

-"Juaaaaaaaaaaaan.....Juaaaaaaaaaan”-

I sat up immediately, took off my headset, went out of my room and that sound came again and again.

-"Juaaaaaaaaaan.....Juaaaaaaaaaaaaan”-

Was it my age that made me hear what wasn't there? Or maybe I had been drinking so much that I was drunk.
I settled down on my bed, put the pillow over my head and tried to sleep and stop listening to that sound.

The next day my head hurt like hell, I stayed a long time thinking about what had happened the night before, I was thankful that it was Saturday and I didn't have to work.
I began to arrange things, take out the garbage, wash dishes and glasses.

At about three o'clock I finished everything, I sat down to eat an instant soup and it's not that I'm lazy, but I wasn't very hungry.
I was just about to put the spoon in my mouth when I heard it again. The sound was loud and clear, it sounded like that thing was whispering my name behind my back.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

A cold sweat ran down my body, my sword became cold, the hairs on my arms stood up, I looked everywhere and there was nothing and no one, just me and my soup on the table.

I started to laugh nervously and anxiously, but my laughter died, again that sound appeared.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

I didn't pretend to be brave, I left the soup, ran to the entrance of my house and ran out. I arrived at the chapel of San Isidoro, the parish priest was there, my face reflected that something had happened to me and he invited me in.

Half suspicious, I told him everything that had happened, to my surprise and fortune the parish priest believed me and was even moved.
He asked me to wait for him for a few minutes. He entered through a door to a small room, after a few minutes he appeared. He had a small suitcase with him, he had put on his tunic and who knows what they call everything they use in their clothes.

He told me to come to my home, that he was prepared to perform an "exorcism". I had nothing to lose, so we went to my house.

When I arrived I opened the door, the pastor came in slowly, he said, the atmosphere was very charged, he told me in a low voice that a demonic entity inhabited my house, which surely sought to feed on my soul. Every time the pastor said something, my body trembled.

He opened his suitcase, took out a crucifix, a bible, a sphere that threw smoke, he gave it to me, he told me that I should move it behind him, he also took out a bottle of holy water.

In a language, which I suppose was Latin, he began to pray for my soul, I did not understand much, I felt foolish and credulous at the same time. Suddenly the sound appeared, this time it was weaker than before.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

-Stop, demon, in the name of the Father I command you to stay away from this innocent soul!" said the parish priest with a frightened voice.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

It was heard, this time louder and hoarser, the parish priest took his suitcase, snatched me the thing that was throwing smoke and ran out as if his mother was calling him.

I stood there, scared, confused, it was almost eight o'clock in the evening, it was cold and to top it all off, a rain that seemed like a divine storm broke out.
I closed the door and I thought it was all a thing created by age.

Apparently it worked, that strange voice fell silent, it was not heard for the rest of the afternoon and evening, however in the early morning, at about three o'clock, that voice resounded in the midst of a thunderclap.

-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-

Eight times I had said my name, this was something strange, supernatural, was it my last night? Suddenly the sound of my cell phone brought me back to reality.

-Hello Juan, how are you? Listen, I forgot to tell you something, the gift I took you on Friday for your birthday is a parrot, his name is Calisto, in a blue and gold colored bag is his food, he is hungry for sure. By the way, the parrot knows how to talk and memorized your name," said Catalina, Juan's sister on the other end of the line.

Emboldened, Juan got up from his bed, went out of his room with fear and anger, there were the presents he had not yet opened, he peeled off the paper of the biggest present, and there it was, the parrot Calisto, starving.

When the parrot saw him, he said this time louder.
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Calisto is hunnnnnnnnnnnnngry”-

He lay down on the floor laughing nervously, found the package of food and gave it to the parrot, the bird saw it and devoured it very quickly, once he finished eating, the parrot Calisto said.
-”Juaaaaaaaaaaaan…..Juaaaaaaaaaaan”-
-”Thaaaaaaanks you for the foooooooood”-

That night, he understood the mystery, he laughed angrily at what had happened to him, but when he remembered the frightened parish priest, he lost his anger at the parrot Calisto, who had frightened him so much.

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