El glotón (The glutton) [ES/EN]
El glotón
«Gordy, deja de comer. Te volverás un cerdo». La esposa reprendía a su marido.
«No molestes, Lucrecia. Sabes que me encanta comer. Es uno de los placeres más deliciosos que hay».
«Con razón no te mueves en la cama. Jaja»
«Cállate, Lucrecia. No es gracioso». Un leve disgusto reflejaba el rostro del hombre obeso.
«Ya en serio debes empezar a hacer dieta. Tu salud está en riesgo».
«Tú no sabes nada, Lucrecia. Estoy bien, cuando me has visto enfermo. Mas bien deja de hablar y sírveme más chocolate caliente». Gordy pasaba su lengua por sus gruesos labios.
La mujer servía más comida, mientras Gordi seguía devorando incontrolablemente, y las pequeñas migajas caían sobre la mesa de mantel blanco con flores. Lucrecia miraba expectante al hombre con sus manos regordetas, llevándose un trozo de pan a la boca.
Gordy levantaba la mirada y veía a su mujer. «¿Qué pasa, Lucrecia?».
«Por favor, Gordy. No comas tanto». La mujer suplicaba a su marido.
«Ay, mujer, si que molestas. Comeré menos desde mañana. ¿Te parece?».
Lucrecia esbozaba una sonrisa y abrazaba la gran figura de su esposo. Gordy seguía comiendo con un gran apetito y llenaba su boca que al parecer no satisfacía con nada. El sol despuntaba mientras y los rayos solares se filtraban por la ventana de la cocina.
La mujer terminaba de servir los platos para el desayuno y llamaba a su esposo. « Gordy, a comer. El desayuno listo.»
El obeso hombre bajaba y miraba el triste plato en la mesa, su semblante cambio a uno más serio. «¿Qué es esto? Sabes que con esto no quedaré satisfecho».
«Gordy, recuerda que prometiste dejar de comer tanto».
«Mujer, mujer, si que friegas. Y comeré este intento de comida». Gordi sacaba la lengua ante los cereales y el jugo de naranja.
Al terminar sintió que algo le pasaba, el hambre lo acosaba incesantemente. El gran estómago de Gordy rugía ante la falta de alimento, y el hombre empezaba a sentir mucha ansiedad. Se sentó frente al televisor y decidió calmarse viendo algún programa. Para su mala suerte estaban dando un programa de recetas, cambiaba los canales, pero los comerciales de alimentos atormentaban su alma.
Después de un rato decidió dormir para olvidar su sufrimiento. Cerró los ojos y luego escucho una voz muy profunda, «Hola, Gordy. Vengo a ayudarte».
«Sé que tienes mucha hambre, No tienes por qué aguantar. Es lo que te gusta y no tienes que dejarlo solo por vanidades. Estás bien como estás», le decía aquella voz que retumbaba en su cabeza.
«¿Quién me está hablando?». Gordy empezó a sudar frío.
«No temas, soy un amigo que sabe lo que gusta». Aparecía de repente una figura escuálida, vestido de negro.
«¡Ahhh!». El susto de ver aquella figura dejó en shock a Gordy.
«Cálmate, ya te dije que soy un amigo. No debes temer».
«¿Por qué estás aquí?». Gordy miraba fijamente a la figura.
«Ya te dije que soy un amigo y estoy muy triste porque te han prohibido lo que más te gusta. Estoy aquí para ayudarte». Una sonrisa esbozaba la figura oscura.
«¿Cómo puedes ayudarme?». Gordy esperaba expectante la respuesta de aquella figura.
«Hare que comas lo que más te gusta, sin restricciones, sin medida. Todo lo que puedas comer».
«¿Cómo lo harías?». Gordy sentía crecer dentro de él un entusiasmo inexplicable.
«Te llevaré a un lugar maravilloso, un paraíso dirían los cristianos. Jaja». La sombra se acercaba a Gordy. «Mira esto».
De repente, frente a los ojos de Gordy apareció una gran mesa con muchos alimentos, unos más suculentos que otros. Al insaciable hombre se le hacía agua la boca. Y el impulso de estar en ese lugar nubló su juicio.
«¿Qué tengo que hacer?».
«Gordy, tienes que venir conmigo». La sombra abría un portal hacia aquel lugar. El hombre se levantó y entró en el portal. De inmediato, se puso a comer, como si nunca hubiera probado bocado. La sombra tras de él reía sin parar. Los bocados ingresaban unos tras otros en un continuo masticar.
Gordy comió hasta saciarse, ya no quería tocar más alimentos. «Todo estuvo muy delicioso, ya quedé satisfecho». El hombre tocaba su barriga prominente.
«Nada de eso amigo, debes acabarte todo. Recuerda que te gusta mucho comer. Jaja». La sombra movió un brazo y en ese momento, de forma automática siguió comiendo.
El hombre desesperado gritaba, «Ya no quiero más». La comida seguía ingresado sin parar. Gordy sentía que su organismo iba a colapsar. El estómago crecía rápidamente hinchándose como un globo. «Basta, basta, ya no quiero más».
«¿Qué dices, Gordy? Pero si es lo que más te gusta. Sigue comiendo, cerdo. Jaja».
El cuerpo de Gordy se había hinchado y tomaba un color rojo intenso. La comida seguía ingresado cada vez más rápido y entre sollozos se escuchaba al hombre decir, «Basta, basta, basta».
La sombra reía estruendosamente y de repente, se escuchó un estruendoso estallido...
«Amor, como te sientes». Lucrecia despertaba a Gordy.
«¿Dónde estoy? Y ¿qué paso?».
«Cariño, fue una tragedia. A hubo un gran estallido. Cuando llegué a casa estaba parcialmente destruida y tú estabas tirado varios metros: inconsciente. Estuviste en coma por un mes». Lucrecia abrazaba al hombre.
«¿Por qué estoy tan flaco?». Gordy se tocaba el cuerpo. «¿Y por qué tengo tantos vendajes?».
«Amor, los médicos dijeron que tuviste un episodio de sonambulismo y en ese estado fuiste a la cocina, encendiste la estufa de gas y se produjo el estallido. Fue milagro que salieras vivo, pero sufriste quemaduras de tercer grado y tuvieron que hacerte muchas operaciones. Además te redujeron el estómago porque estabas peligrosamente obeso. La comida ya no sabrá como antes. Lo siento». La mujer derramaba algunas lágrimas.
«Pero todo esto lo hizo la sombra...»
En la cabeza de Gordy retumbaba una risa siniestra. «jaja».
The glutton
“Gordy, stop eating. You'll turn into a pig.” The wife reprimanded her husband.
“Don't bother, Lucrecia. You know I love to eat. It's one of the most delicious pleasures there is.”
“No wonder you don't move in bed. Haha.”
“Shut up, Lucrecia. It's not funny.” A slight disgust reflected the obese man's face.
“You really need to start dieting. Your health is at risk.”
“You don't know anything, Lucrecia. I'm fine, when you've seen me sick. Rather stop talking and pour me some more hot chocolate.” Gordy ran his tongue over his thick lips.
The woman served more food, while Gordi continued to devour uncontrollably, and the small crumbs fell on the white tablecloth table with flowers. Lucrecia looked expectantly at the man with his chubby hands, putting a piece of bread in her mouth.
Gordy looked up and saw his wife. “What is it, Lucrecia?”
“Please, Gordy. Don't eat so much.” The woman pleaded with her husband.
“Oh, woman, you're a nuisance. I'll eat less from tomorrow. Do you think so?”
Lucrecia smiled and hugged her husband's big figure. Gordy continued to eat with a big appetite and filled his mouth, which apparently did not satisfy with anything. The sun was rising and the sun's rays were filtering through the kitchen window.
The woman finished serving the breakfast dishes and called out to her husband. “Gordy, let's eat. Breakfast ready.”
The obese man came down the stairs and looked at the sad plate on the table, his face changing to a more serious one. “What is this? You know I won't be satisfied with this.”
“Gordy, remember you promised to stop eating so much.”
“Woman, woman, you are annoying. And I'll eat this attempt at food.” Gordi stuck his tongue out at the cereal and orange juice.
As he finished, he felt something was wrong, hunger was nagging him incessantly. Gordy's big stomach was rumbling from lack of food, and the man was beginning to feel very anxious. He sat down in front of the television and decided to calm down by watching a program. To his bad luck they were showing a recipe program, he changed the channels, but the food commercials tormented his soul.
After a while he decided to sleep to forget his suffering. He closed his eyes and then heard a deep voice, “Hello, Gordy. I'm here to help you.”
“I know you are very hungry, You don't have to endure. It's what you like and you don't have to give it up just for vanities. You're fine the way you are,” that voice booming in his head said.
“Who's talking to me?” Gordy broke into a cold sweat.
“Fear not, I am a friend who knows what he likes.” A scrawny figure suddenly appeared, dressed in black.
“Ahhh!” The shock of seeing that figure left Gordy in shock.
“Calm down, I told you I'm a friend. You don't need to be afraid.”
“Why are you here?” Gordy stared at the figure.
“I already told you I'm a friend and I'm very sad because you've been banned from what you love the most. I'm here to help you.” A smile sketched the dark figure.
“How can you help me?” Gordy waited expectantly for the figure's response.
“I will make you eat what you like best, no restrictions, no measure. All you can eat.”
“How would you do that?” Gordy felt an inexplicable excitement grow inside him.
“I'll take you to a wonderful place, a paradise the Christians would say. Haha.” The shadow approached Gordy. “Look at this.”
Suddenly, in front of Gordy's eyes appeared a large table with many foods, some more succulent than others. The insatiable man's mouth watered. And the urge to be in that place clouded his judgment.
“What do I have to do?”
“Gordy, you have to come with me.” The shadow opened a portal to that place.
“Gordy, you have to come with me.” The shadow opened a portal to that place. The man got up and entered the portal. Immediately, he began to eat, as if he had never eaten before. The shadow behind him laughed incessantly. The morsels came in one after the other in a continuous chewing.
Gordy ate his fill, no longer wanting to touch any more food. “It was all very delicious, I've had my fill.” The man touched his protruding belly.
“None of that my friend, you must finish it all. Remember you like to eat a lot. Haha.” The shadow moved an arm and at that moment, automatically continued eating.
The desperate man shouted, “I don't want any more.” The food kept coming in non-stop. Gordy felt like his body was going to collapse. His stomach was growing rapidly, swelling like a balloon. “Stop it, stop it, I don't want any more.”
“What are you saying, Gordy? But that's what you like best. Keep eating, pig. Haha.”
Gordy's body had swollen and was turning a deep red color. The food kept coming in faster and faster and between sobs the man could be heard saying, “Enough, enough, enough.”
The shadow laughed uproariously and suddenly, a thunderous outburst could be heard...
“Love, how do you feel?” Lucrecia was waking Gordy up.
“Where am I, and what happened?”
“Honey, it was a tragedy. There was a big bang. When I got home it was partially destroyed and you were lying several feet away: unconscious. You were in a coma for a month.” Lucrecia hugged the man.
“Why am I so skinny?” Gordy was touching his body. “And why do I have so many bandages?”
“Love, the doctors said you had a sleepwalking episode and in that state you went to the kitchen, turned on the gas stove and the explosion occurred. It was a miracle that you made it out alive, but you suffered third degree burns and had to have many operations. They also reduced your stomach because you were dangerously obese. Food won't taste like it used to. I'm sorry.” The woman shed a few tears.
“But this was all done by the shadow...”
A sinister laugh rumbled in Gordy's head. “Haha.”
Fuente 1
Fuente 2
Edición Rincón Poético
La traducción del texto fue hecha con la herramienta
gratuita DeepL
Contenido original
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@rinconpoetico7
Posted Using INLEO
Interesante historia... pensar que muchas personas pasan por el pecado de la gula, que en realidad es un vacío interno tan grande que esperan llenar con comida. Es muy triste. Pero él sabe que realmente pasó. Lo importante es aprender. Excelente historia con tu toque personal. Es genial!!! Saludos!
Muchas gracias por tus palabras, en verdad que me alegran mucho, amiga.
La ansiedad por comer es una peligrosa condición que puede llevar a la muerte. Un placer que se vuelve castigo cuando se abusa.
Un saludo nocturno y con muchos escalofríos.👻
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Ahora no se si realmente hubo una sombra que lo engaño o realmente, en su ceguera por la gula, él causo todo eso con su sonambulismo y esa sed insaciable de comida 👀 yo creo que esa sombra era Gula y él solo la podia ver porque era su trastorno... estoy delirando jajaja excelente relato, muchas gracias por compartirlo 👻
Siempre un gusto verte por mis post, amiga.
Así es no hay nada más peligroso que nuestros demonios internos y cuando les damos rienda suelta nos pueden llevar al infierno mismo.
Me alegro mucho que te haya gustado la historia y siempre un gusto estar en esta nuestra comunidad del espanto.👻
Saludos nocturnos y con muchos escalofríos.